Yo ya había hecho pesca de altura en Mar del Plata con Sandonkán y con Mako Team. Además, había probado suerte también con un par de guías en Necochea. Pero Leo no.
Me sugirió que lo acompañe a Mardel con la gente de Aquafish, ante lo cual inmediatamente dije: "sí, pone ya mismo la fecha".
Llegó el sábado. Después de un poco más de una hora de navegación, el crucerito Malleo empezó a garetear sobre unas piedras que dieron infinidad de meros de grandes portes.
Muchos y grandes en serio. Con Leo, llenamos un cajón de pescado en 45 minutos de pesca.
Después de esta masacre, el capitán fue por los salmones blancos, muy codiciados por sus portes y su potencia. Realmente los brazos quedan agotados con estos bichos.
Debo confesar, empero, que este bichazo de 14 kilos, me lo prestaron para la foto, ya que en esta ocasión no tuve la gracia de pescar ningún salmón.
Llegó el sábado. Después de un poco más de una hora de navegación, el crucerito Malleo empezó a garetear sobre unas piedras que dieron infinidad de meros de grandes portes.
Muchos y grandes en serio. Con Leo, llenamos un cajón de pescado en 45 minutos de pesca.
Después de esta masacre, el capitán fue por los salmones blancos, muy codiciados por sus portes y su potencia. Realmente los brazos quedan agotados con estos bichos.
Debo confesar, empero, que este bichazo de 14 kilos, me lo prestaron para la foto, ya que en esta ocasión no tuve la gracia de pescar ningún salmón.
Esto no empañó para nada la salida, ya que me cansé de sacar meros muy grandes, lo cual me dejó muy pero muy contento.
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